Photo Credit: Alfonso Gamaza
Tras años dedicándote al deporte que más te gusta, larguísimos entrenamientos para preparar pruebas que te hacían especial ilusión (y otras que no tanto), tras construir una comunidad en redes sociales a base de trabajo diario, interactuando con personas a las que inspiras o que se sienten identificadas contigo…
Tras preparar con esmero un dossier para patrocinadores y enviarlo a aquellos que realmente se ajustan a tu filosofía y/o necesidades. Tras reunirte con ellos y convencerles, finalmente has conseguido un patrocinio que te permite tener una fuente de ingresos o, al menos, quitarte un gasto en material.
Es aquí dónde algunas personas creen que el trabajo duro ha terminado, cuando en realidad acaba de empezar.
Estás prestando un servicio a una marca, a una empresa, y ese servicio (si todo se ha hecho de manera profesional) tiene unas cláusulas que deben cumplirse por ambas partes:
- La de ellos: Proveerte de material y/o dinero.
- La tuya: Visibilizar su marca, apoyar su estrategia: tenerlos contentos.
En este artículo relato 5 prácticas básicas para no ser un simple «altavoz» de la marca, sino para tener tu propia voz, algo que es mucho más potente.
Sé tú mism@
Si has llegado hasta este punto es porque tu personalidad, la manera de relacionarte con las personas, tu vocabulario, tu soltura, el modo por cual comunicas aquello que haces y todo aquello que muestras es único, personal, intransferible e irreproducible.
Ese es tu activo más importante, lo que te diferencia del resto, lo que hace que la gente pare el «scroll» del ratón cuando ve una publicación tuya y reserven 30 valiosísimos segundos de sus vidas para prestar atención a lo que dices y haces, este es el tesoro más grande que encontrarás en RRSS y es por el cual esa marca ha confiado en ti.
Transmite como eres, literalmente, hoy con los vídeos y los directos a través de Facebook, Instagram o Twitter es más fácil que nunca, la espontaneidad y la autenticidad son un valor codiciado en un mundo en el que todo (o casi todo) está planificado o únicamente pensado en vender.
Muestra, no enseñes
Si vas a enseñar algo que sea porque lo estás usando, porque es pertinente mostrarlo en ese determinado momento.
Lejos, muy lejos han quedado esas típicas imágenes de un deportista sosteniendo un producto con una mano y levantando el pulgar con la otra. Quizá esto funcionase en otros tiempos, ya no.
Aquel que te siga, aquel al que hayas convencido de tu autenticidad, se va a fijar en qué ruedas usas, en qué zapatillas calzas y qué marca de nutrición tomas. Y tomarán nota no porque esa marca les dé confianza, sino porque tú se la das a través de tu autenticidad.
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No hables del producto, sino de las experiencias que vives con él
Quizá seas bueno haciendo reviews, pero esta es una tarea que debe ir unida a la imparcialidad del que prueba productos de distintas marcas, alguien como Rodrigo, del cual hablaba en el post sobre Cómo lanzar un producto deportivo a través de influencers.
Lo más probable es que no se espere eso de ti, no te vertiente analítica, sino la parte experiencial del uso del producto.
Cuando te refieras al producto habla sobre aquello que haces con él, los resultados que obtienes a través del uso del mismo, las sensaciones que experimentas en contraposición a otros productos que has usado en el pasado y no han dado la talla, los sitios que visitas, los Templos del Ciclismo que subes, el lifestyle que esa prenda destila.
Esta es la conexión perfecta de la marca con tu comunidad, ver el producto no como algo material, algo en lo que gastar dinero, sino como un vehículo que permite experimentar el deporte de manera distinta, más ligera, más rápida, más cómoda, con menos calor, más abrigado; algo con lo que lograrás llegar a sitios que antes no imaginabas o alcanzar tus objetivos.
Apoya las acciones de la marca
Sin ser excesivamente celoso ni pesado en esta tarea (lo considero la parte «sucia» del trabajo) es conveniente que estés al tanto de todo aquello que la marca hace, comunica e intenta lanzar.
Un retweet no cuesta nada y es altamente apreciado, muchos retweets pueden llegar a saturar a tu audiencia viéndote como un instrumento.
Aquí recomiendo llevar un equilibrio y, siempre que sea conveniente, aportar tu visión sobre aquello que la marca lanza, algunos ejemplos son:
- Animar a participar en los concursos participando uno mismo.
- Expresar las ganas que tienes de ir a un campus o clinic que la marca organice.
- Relatar la experiencia que tuviste en este evento, etc.
Luce el logo, elegantemente
Otro punto en el que hay que mantener un equilibrio y, sobre todo, clase.
Lucir el logo elegantemente quiere decir, en primer lugar, lucir el logo adecuado sin redimensionar. Ojo, esto te puede parecer obvio, pero hay muchos casos en los que los patrocinados cogen el primer logo que ven en Google Imágenes e intentan «embutirlo» en todo aquello que hacen, sin pensar que quizá esa identidad gráfica ya no es usada por la marca y que no todo cabe el todos los sitios.
Esto puede ser más bien perjudicial para la marca, y para ti.
Incluirlo en camisetas o maillots, gorras, en los banners del tus perfiles de Facebook y Twitter, en los widgets de tu web o blog es totalmente válido, siempre que no rompa la estética y sea un toque sutil pero visible, que indique que esa marca te apoya y que tú la luces con orgullo.